lunes, 4 de enero de 2010

Capitulo 1. El escenario de la Inversión (1)

He dedicado gran parte de mi carrera profesional de 30 años a la formulación y elaboración de proyectos de inversión en el sector público. En ese sector, las opciones de inversión en proyectos, son evaluadas dándole preponderancia al enfoque económico social, aunque no excluyen el análisis desde el punto de vista financiero, para determinar:



  • si conviene financieramente emprender tal o cual proyecto de inversión,


  • en cual de los varios proyectos incluidos en la cartera de perfiles se debe colocar la cantidad limitada de dinero que está disponible para ser invertida, y


  • cual de las opciones que se han detectado como viables, se debe escoger (desde el ángulo financiero) para satisfacer cierta necesidad.

El fin del año recién pasado, reunidos con ocasión propia de las celebraciones de esas fechas, con un grupo de amigos y colaboradores en diferentes proyectos a lo largo de dichas tres década y cuyos nombres empiezan con las letras que identifican este Blog, que hoy presento, me sugirieron su creación y me ofrecieron colaborar en los diferentes campos de su competencia profesional.


Pero ¿Sobre qué, cómo y para quién?


Pues, como se dice “en casa de herrero, cuchillo de palo”. Llevamos ya tanto tiempo en esto, que más pronto que tarde tendremos que pensar en retirarnos e invertir nuestros pocos ahorros y el demasiado tiempo que tendremos disponible. Y para satisfacer esa necesidad necesitamos actualizarnos y cambiar nuestro enfoque convencional.

¿Cómo?, pues investigando, analizando, escribiendo y publicando para todos aquellos que quieran compartir nuestro aprendizaje.

Y aquí estamos comenzando con esta primera entrada (de unas 4 estimadas), a establecer el escenario (al que titularemos, a manera de libro: Capitulo 1). En él discutiremos varios tópicos básicos para las entradas correspondientes a los siguientes capítulos (unos 27). De modo que, estimando 4 entradas por cada capitulo, esperamos que por lo menos los C, F y A (6) que por ahora iniciamos y los cientos que nos seguirán, seamos a fin de año, conocedores del análisis financiero. Y mejor si nos reunimos (no importa si virtualmente) para emprender algo.

Empezamos definiendo el término inversión y discutiendo los retornos y riesgos relacionados con las inversiones. Esto lleva a una presentación de cómo medir las tasas de retorno esperadas y las históricas para un activo individual o para una cartera de activos. Además, consideramos como medir el riesgo, no sólo para una inversión individual sino también para una inversión que es parte de una cartera o portafolio.

En la tercera sección (entrada) del capítulo se discuten los factores que determinan la tasa de retorno requerida para una inversión individual. Los factores discutidos son aquellos que contribuyen al riesgo total de un activo. Debido a que la mayoría de inversionistas tienen una cartera de inversiones, es necesario considerar como medir el riesgo de un activo cuando es parte de una extensa cartera de activos. El riesgo que prevalece cuando un activo es parte de una cartera diversificada, se conoce como riesgo sistémico.

La sección final tratará sobre lo que causa cambios en la tasa de retorno requerida para un activo, a lo largo de un período de tiempo. Los cambios ocurren, tanto por eventos macroeconómicos que afectan a todos los activos de inversión, como por aquellos de carácter microeconómico que afectan al activo específico de que se trate.

Después de leer este capítulo, estaremos en capacidad de responder a las siguientes preguntas:

Ø ¿Por qué invierten las personas?
Ø ¿Qué es una inversión?
Ø ¿Cómo miden los inversionistas el retorno de su inversión?
Ø ¿Cómo miden los inversionistas el riesgo relacionado con inversiones alternativas?
Ø ¿Qué factores macroeconómicos y microeconómicos contribuyen a cambios en las tasas de retorno requeridas para las inversiones individuales e inversiones en general?

¿Qué es una Inversión?

La mayor parte de la vida, las personas estamos ganando y gastando dinero. Muy raras veces, sin embargo, el ingreso actual estará balanceado con los deseos de consumo. Algunas veces, se tendrá más dinero del que se quiere gastar; y otras se querrá comprar más de lo que puede permitirse. Estos desbalances nos llevarán, invariablemente, a pedir prestado o a ahorrar para maximizar en el largo plazo los beneficios de nuestro ingreso.

Cuando los ingresos actuales exceden los deseos actuales de consumo, las personas tendemos a ahorrar el exceso. Podemos hacer cualquiera de varias cosas con estos ahorros. Una posibilidad es poner el dinero bajo el colchón o enterrarlo en el patio hasta un tiempo futuro cuando el deseo de consumo exceda el ingreso actual. Cuando retiramos los ahorros del colchón o del patio, tenemos la misma cantidad que ahorramos.



Otra posibilidad es que cedamos la posesión inmediata de estos ahorros a cambio de una cantidad mayor de dinero en el futuro que estará disponible entonces, para satisfacer las necesidades de consumo. Este sacrificio del consumo presente por un nivel más alto de consumo futuro es la razón por la cual se ahorra. Lo que se hace con los ahorros para incrementarlos con el tiempo es inversión.

Aquellas personas que ceden la posesión inmediata de sus ahorros (Es decir, difieren el consumo) esperan recibir en el futuro una cantidad mayor de la que cedieron. Viceversa, aquellos ahorrantes que consumen más que su ingreso actual (Es decir, toman prestado) deben estar dispuestos a pagar en el futuro más de lo que prestaron.

La tasa de cambio entre consumo futuro (quetzales futuros) y consumo actual (quetzales actuales) es la tasa pura de interés. Tanto la disposición de pagar esta diferencia por tomar fondos en préstamo, como el deseo de recibir un “sur plus” sobre los ahorros dan lugar a una tasa de interés conocida como el valor temporal puro del dinero. Esta tasa de interés es establecida en el mercado de capitales por una comparación entre la oferta de exceso de ingreso disponible (ahorros) a ser invertido y la demanda por exceso de consumo (préstamos) en un tiempo dado. Si usted puede intercambiar hoy 100 de cierto ingreso por 104 de cierto ingreso dentro de un año, entonces la tasa pura de cambio sobre una inversión libre de riesgo (es decir, el valor temporal del dinero) sería del 4 por ciento (104/100)[1].

El inversionista que sacrifica hoy 100 espera consumir 104 de bienes y servicios en el futuro. Se asume que el nivel general de precios de la economía, permanece igual. Pero, esta estabilidad de precios ha sido raras veces el caso por varias décadas, cuando las tasas de inflación han variado del 1.1 por ciento en 1986 al 13.3 por ciento en 1979, con un promedio alrededor del 5.4 por ciento anual de 1970 al 2001. Si los inversionistas esperan un cambio en los precios (al alza), requerirán una tasa de retorno más alta para compensar. Por ejemplo, si un inversionista espera un incremento de precios (es decir, el o ella espera inflación) a la tasa del 2 por ciento durante el período de la inversión, el o ella incrementará la tasa de interés requerida en 2 por ciento. En este ejemplo, el inversionista requeriría 106 en el futuro, por diferir 100 de consumo durante un período inflacionario (será requerida una tasa nominal de interés del 6 por ciento, libre de riesgo, en lugar del 4 por ciento).

Más aún, si el pago futuro por la inversión no es cierto, el inversionista demandará una tasa de interés que exceda el valor temporal puro del dinero más la tasa de inflación. La incertidumbre del pago por una inversión, es el riesgo de la inversión. El retorno adicional agregado a la tasa nominal de interés libre de riesgo, es llamado premio por riesgo o riesgo “Premium”. En el ejemplo, el inversionista requeriría más de 106 al año desde hoy, como compensación por la incertidumbre. Como un ejemplo, si la cantidad requerida fuera de 110, entonces 4, o 4 por ciento, sería considerada premio por riesgo.

Inversión Definida

De nuestra discusión, podemos ahora, especificar una definición formal de inversión. Específicamente, una inversión es el comprometer ahora, una cantidad de dólares por un período de tiempo, a fin de derivar pagos futuros que compensarán al inversionista por: 1) el tiempo que los fondos son comprometidos, 2) la tasa esperada de inflación, y 3) la incertidumbre de los pagos futuros. El inversionista puede ser un individuo, un gobierno, un fondo de pensión o una corporación.

De igual forma, esta definición incluye todos los tipos de inversiones, incluyendo la inversión de las corporaciones en plantas y equipos e inversiones por los individuos en acciones, bonos, materias primas o bienes raíces. Aquí enfatizamos las inversiones individuales. En todos los casos, el inversionista está negociando una cantidad conocida de $ por alguna esperada cadena futura de pagos, que será más grande que el desembolso actual.



A estas alturas, hemos contestado a la pregunta acerca de porqué las personas invierten y qué quieren por su inversión. Invierten para obtener un retorno de los ahorros debido a su consumo diferido. Quieren una tasa de retorno que los compense por el tiempo, la tasa esperada de inflación y la incertidumbre del retorno.

La próxima entrada correspondiente a este capítulo describirá como medir la tasa esperada o histórica de retorno de una inversión, y también como cuantificar la incertidumbre de los retornos esperados. Necesitaremos entender las técnicas de medición para poder evaluar la idoneidad de una inversión particular. No obstante que nuestro énfasis estará puesto en los activos financieros, tales como bonos y acciones, nos referiremos a otros activos, tales como arte y antigüedades. El capítulo 3, discutirá el rango de activos financieros y también considerará algunos activos no financieros.


[1] Por el contrario, cuando el ingreso actual es menor que el deseo de consumo actual, la gente ahorra para hacer la diferencia. No obstante que se discutirá el préstamo en varias ocasiones, se da mayor énfasis en este texto al “cómo” invertir los ahorros.

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