Empecemos nuestro análisis del efecto del riesgo con un ejemplo de certidumbre perfecta, allí donde el inversionista está absolutamente cierto de un retorno del 5 por ciento. La exposición 1.2., de la entrada anterior ilustra esta situación.
La certidumbre perfecta permite solamente un retorno posible, y la probabilidad de recibir tal retorno es de 1.0. Pocas inversiones proveen retornos de este tipo. En el caso de certidumbre perfecta, hay sólo un valor para
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En un escenario alternativo, supongamos a un inversionista que pensó en una inversión que podría proveer varias tasas diferentes de retorno dependiendo de diferentes condiciones económicas posibles. Como ejemplo, en un un ambiente con una economía fuerte, con amplias ganancias corporativas o sin inflación, el inversionista esperaría que la tasa de retorno en acciones comunes durante el siguiente año, llegara tan alto como 20 por ciento. En contraste, si hay un declive económico con una tasa de inflación más alta que el promedio, el inversionista podría esperar que la tasa de retorno en acciones comunes durante el próximo año, sea del 20 por ciento. Finalmente, con no mayor cambio en el ambiente económico, la tasa de retorno durante el siguiente año, probablemente se acercaría al promedio de largo plazo del 10 por ciento.
La certidumbre perfecta permite solamente un retorno posible, y la probabilidad de recibir tal retorno es de 1.0. Pocas inversiones proveen retornos de este tipo. En el caso de certidumbre perfecta, hay sólo un valor para

En un escenario alternativo, supongamos a un inversionista que pensó en una inversión que podría proveer varias tasas diferentes de retorno dependiendo de diferentes condiciones económicas posibles. Como ejemplo, en un un ambiente con una economía fuerte, con amplias ganancias corporativas o sin inflación, el inversionista esperaría que la tasa de retorno en acciones comunes durante el siguiente año, llegara tan alto como 20 por ciento. En contraste, si hay un declive económico con una tasa de inflación más alta que el promedio, el inversionista podría esperar que la tasa de retorno en acciones comunes durante el próximo año, sea del 20 por ciento. Finalmente, con no mayor cambio en el ambiente económico, la tasa de retorno durante el siguiente año, probablemente se acercaría al promedio de largo plazo del 10 por ciento.


El inversionista podría estimar probabilidades para cada uno de estos escenarios económicos, basado en la experiencia pasada y el panorama actual, como sigue:

Este conjunto de productos potenciales puede ser visualizado en la exposición 1.3, adelante. El cómputo de la tasa de retorno esperada


Obviamente, el inversionista está menos cierto acerca de la tasa esperada de retorno de esta inversión, que acerca del retorno de la inversión anterior, con su único retorno posible.
Un tercer ejemplo es una inversión con 10 resultados posibles, oscilando desde (-)40 por ciento hasta 50 por ciento, con la misma probabilidad para cada tasa de retorno. Una gráfica de este conjunto de espectativas, aparecería como mostrado en la exposición 1.4, adelante. En este caso, hay numerosos resultados de un amplio rango de posibilidades. La tasa de retorno esperada




La tasa de retorno esperada para esta inversión, es la misma que la del retorno cierto discutido en el el primer ejemplo; pero, en este caso, el inversionista está altamente incierto acerca de la tasa real de retorno. Esto sería considerada una inversión riesgoza a causa de esa incertidumbre. Podríamos anticipar que, un inversionista enfrentado con la escogencia entre esta inversión riesgoza y el caso con certidumbre (libre de riesgo), seleccionaría la alternativa cierta. Esta espectativa está basada en la creencia de que la mayoría de inversionistas tienen aversión al riesgo, lo cual significa que si tdo lo demás es lo mismo, ellos selecionarán la inversión que ofrece la mayor certeza.
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